sábado, 26 de mayo de 2007

"LA VIDA DE LAZARILLO DE TORMES Y DE SUS FORTUNAS Y ADVERSIDADES" Anonimo

Dirección Humberto Ortiz 1996/97




S I N O P S I S H I S T O R I C A
A finales del año 1.554, en pleno siglo XVI, aparece en las prensas de Burgos una singular novela de autor anónimo, El Lazarillo de Tormes; lectura solicitada por estudiantes, soldados e inclusive gente de la aristocracia, que como decía Cejador, - quien se encargó de comentar de manera escrita la edición aparecida en 1.914-: “Fué el libro de todos: de la gente letrada y de la gente lega, de ecleciásticos y seglares, del pueblo bajo y de las personas de cuenta. Aventureros y marchantes llevábanlo sin falta en la faltriquera, como en la mochila trajineros y soldados. Veíase en el tinelo de pajes y criados, no menos en la recámara de los señores, en el estrado de las damas, como en el bufete de los letrados”. Con esta novela se inicia un nuevo género de obras de ficción que consiste en narrar, de modo realista, la vida de un aventurero o “pícaro” que a causa de las circunstancias de pobreza y mal vivir que le rodean, se ve obligado a recurrir a todo tipo de artimañas, entrejuegos y artilugios a fin de sortear estas dificultades y sobrevivir a la inmediatez del instante.
Lázaro surge a la vida lleno de bondad, ingenuidad y sencillez, pero la perfidia, el engaño, la avaricia, la crueldad brutal de los medios en que vive, son los ambientes que desarrollan sus astucias, sus enredos e inocentes hurtos. En líneas generales, podría decirse que el pícaro nace cuando el hombre común se ve obligado a protegerse de la vida difícil y dura por medio de astucias y malicias.
Se afirma que, de una u otra manera, la estampa del pícaro ha estado presente en todas las sociedades, ya que independientemente del lugar y momento histórico y del sistema económico y político regente, siempre hay alguien que la pasa mal, y -a Dios gracias- siempre hay alguien que “pícaramente” sobrevive.
Parte de la genialidad de la novela picaresca española está en haber tomado para sí, en cuerpo y alma, al pícaro y retratarlo en una vasta producción literaria; ya no de manera anónima, sino con nombres y apellidos: Miguel de Cervantes, Mateo Alemán, López de Ubeda y Francisco de Quevedo entre otros, que se vieron seducidos, tal vez no por el género en sí, sino por ese personaje antiheróico y rotundo, tan contundentemente inmediato y real, que los acercaba a una lectura de lo humano, a la cual el idealismo heroico de los libros de caballería como todos los demás géneros que le precedieron, no hubieran podido dibujar tan desnuda y transparentemente.



J U S T I F I C A C I O N
Uno de los atractivos más interesantes que envuelven la novela (además de la mano invisible que la dibuja desde el anonimato), es que sin dejar de ser una obra fresca, de carácter popular, se encuentran en ella las cuestiones que también cercan y acosan al espíritu más elaborado, y es que a pesar de procurarnos una lectura pronta y desnuda, se presiente entrelíneas una enseñanza profunda en cuanto a las relaciones de lo humano que en ella, despiadadamente, se nos presentan. La picaresca ofrece a su desgraciado protagonista una peculiar manera de vivir esa miseria:
De la mano de estos personajes podemos rastrear una zona de nuestra compleja identidad hispana, ya que desde nuestro decir americano podemos reconocernos y diferenciarnos con muchas de estas imágenes, donde la trampa dispara el ingenio y el humor la gracia singular de esta miseria. Miseria honda que revela situaciones también del alma americana, forjada entre penas y abandonos de sucesivos amos, como Lazarillo.
La condición mendicante que signa la historia de Lázaro y sus amos, enseña un vivir al límite, común a nuestra cultura y a la española pero, en nuestro caso, marcada por una luz quizás más tropical, quizás más esperanzadora. El ingenio desatado en la pobreza, como recurso no sólo para sobrevivir, sino para también vivir “la buena vida”, aunque la realidad social diga otra cosa.
Nuestro trabajo se ha ido armando en la pretensión de tomar la gracia de estos graciosos. Hoy su decir suena repleto de jocosos retruécanos y arcaísmos; sus aventuras (pobres aventuras, a decir verdad) dicen terribles y divertidas moralejas y apuntan a un aprendizaje también terrible y divertido. Divertidísimo.
El trabajo sobre el “humor pícaro” ha sido la línea predilecta en la investigación de guarroteatro. Y el humor se verifica, precisamente en el momento en que se abre en juego con el espectador. De aquí proviene el interés en confrontar nuestro montaje con la mayor diversidad de públicos, por lo que lo hemos presentado en pueblos y ciudades del interior del país.



F I C H A G E N E R A L

Título de la obra:
“La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades”.
Autor: anónimo de la picaresca española.
Duración: 1 hora y 40 minutos aproximadamente

F I C H A A R T I S T I C A

Lazarillo: Francisco Diaz (Paco)*
Ciego, Clérigo y Luquitas: José Luis Blondet S.*
Calderero y Alameda: Mauricio Vilas*
Escudero: Newton Rauseo**
Mujer: María Angélica Toro**
Vieja: Alma Blanco**
Buldero (Salcedo): Armando Lozada***

Dirección: Humberto Ortiz*
*Guarroteatro
** Elenco estable del TET
*** Taller de formación permanente del TET

F I C H A T É C N I C A

Diseño de Vestuario: Omar Borges
Realización de Vestuario: Rosa Muñoz
Diseño de Iluminación: María Angélica Toro
Fotografía: Angela Benadies
Productor: Anthony Henriquez
Producción General: TET- guarroteatro



NUESTRA SEÑORA DE LA NOVENA; LA VIRGEN DE LOS CÓMICOS



Nuestra Señora de La Novena es adorada también bajo otros nombres; La Virgen del Silecio y La Virgen de los Cómicos.
Su madrinazgo sobre los cómicos españoles comenzó en 1624, cuando enderezó en curación milagrosa a Catalina Flores, cómica tullida.
Su imagen se encuentra actualmente en la Iglesia de San Sebastian de Madrid.
A ella, devota y humildemente, nuestros entuertos
Salve Regina

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